Las calles de Sevilla, como siempre lo hacen, se engalanan como cada jueves de Corpus, anunciando que es un día festivo en la ciudad, uno de los días más importantes del año para los cristianos. Por ello, como en todas las festividades que se dan cita en Sevilla, se produce una transformación de las calles de la ciudad.
Lo más significativo de esta fecha, es el montaje de altares en puntos importantes de la ciudad y que dotan a Sevilla de un ambiente característicos durante estos días en los que se conmemora la festividad del
Corpus Christi. Muchos de ellos, son levantados por las propias hermandades que se unen a esta causa cristiana. Se trata de una tradición que ya se hacía en el siglo XIII para rendirle homenaje a grandes personajes de la historia durante su visita a la capital andaluza.
Además de estos arcos triunfales, los comercios, especialmente los situados en el centro de la ciudad, embellecen sus escaparates con adornos propios del Corpus, como el vino y las uvas, el niño Jesús o una custodia.
Todo ello, acompañado de la decoración de los balcones de las casas más céntricas, que ponen su granito de arena en el hecho de poner "guapa" a la ciudad hispalense.
Aunque con la crisis han sufrido un grave recorte, son muy conocidos los concursos de balcones y altares, y aunque sobre todo en el último caso, los premios ni siquiera llegan a cubrir los gastos que suponen el montaje de un arco triunfal, ganar un premio de esta categoría supone una gran satisfacción al ser reconocido de manera especial su aportación a esta festividad.
No hay duda, de que son muchas las personas que colaboran en la decoración de una ciudad que se vuelca con el Corpus Christi como pocas lo hacen. Por ello, y por lo que significa en sí esta fiesta para la población cristiana, todos los jueves de Corpus, Sevilla es aún más especial de lo que ya lo es durante el resto del año.
